¡Ah! ¿No lo sabías? ¿En serio? Dios, soy un desastre.
Pero sí, en efecto, yo, Adsi, el autor de este blog, es gay. Sí, GAY, homosexual. Acéptalo, de lo contrario, cruz roja de la esquina y hasta la vista.
Pero ese no es el tema.
Vaya mierda.
Nadie me dijo que las relaciones de pareja eran complicadas. Nadie me dijo lo que había o no había que hacer. Yo podía suponer. Pero desengañémonos, no tenía ni idea de como funcionaba eso de tener novio.
Se ha terminado. Hemos terminado. En efecto, ha sido culpa mía. Toda mía. Soy un borde, soy cruel, pasota e idiota. Lo he arruinado todo. Dos meses a la mierda. Me doy asco. He sido yo el niño infantil e inmaduro que ha dejado que la relación se estrellara contra una pared de hormigón que yo mismo había construido. Culpa mía. Doy asco. Asco.
Debería pensar eso. Debería odiarme. Sin embargo, en mi interior solo hay un simple malestar que se irá en unos días. O no, no lo sé.
Yo no estaba enamorado.
Él sí.
De acuerdo, doy asco. Pero no siento eso. Tal vez tristeza. Poca. O mucha. No lo sé.
Me lancé a la piscina sin saber que en realidad era un lago. Un mar incluso. Cuando nadaba por la orilla era todo genial. Notaba la arena rozándome los pies, las escamas de algún pez en armonía con mis piernas. El Sol iluminaba el fondo y transformaba la superficie en un espejo brillante. Seguí nadando. Me dije a mi mismo que debería volver a tierra. Pero solo me insulté y seguí adelante. Deje de ver la orilla. Cuando me di cuenta de que debajo de mi solo había negrura y ojos rojos, fue demasiado tarde.
No, yo no estaba enamorado. Sabía lo que era el amor. Al principio, lo pareció.
Solo al principio.
No, no era amor.
Pero realmente me gustaba. Quería estar con él, y para ello, no necesitaba el amor, no necesitaba nada. Con creer en nosotros me bastaba. Era bonito. Me sentía bien. A la mierda joder, era fantástico.
Pero no.
No.
Yo no estoy hecho para eso. No aún. No puedo atarme, acarrear con esa responsabilidad. No quiero. Y más si él está enamorado. Aunque a veces me pregunto si de verdad su corazón está realmente tan loco. Me pregunto si de verdad quiere arrancarse el corazón del pecho para alejar el miedo que da el amor. El amor asusta. El amor, si no es correspondido, es lo peor.
Ya basta. Se acabó.
No puedo darle lo que quiere. Ojalá pudiera. Sí, egoísmo puro. Pero es que no puedo. El ha sacrificado y yo no.
Soy un borde.
Un pasota.
Y una puta que se folla a cualquiera que pilla por delante.
No me lo merezco.